La consigna era pensar en un lugar que me resultara interesante, y describirlo a partir de fotos, hacerlo interesante a partir de lo visual.
El lugar que elegí es una salita de jardín. Cuando la escogí, fue porque me atrajo, me sedujo por la cantidad de colores y la variedad de elementos que contiene, todos ellos útiles para la creación artística y lúdica, estimulantes permanentes para la imaginación. Aparte, es un lugar que por más que esté vacío de gente, uno se puede imaginar a partir de lo que queda el tipo de personas que por lo general lo habitan, su edad, el tipo de actividades que hacen.... hasta el clima que debe de reinar en ese lugar cuando es habitado. Todo esto lo pensé, y en parte también lo ví al estar en el lugar. Sin embargo, también ví otras cosas, que me llamaron más la atención, inesperadas, y que son las que se aprecian en la mayor parte de mis imágenes: otra cara de la sala, la que lo muestra en progresivo deterioro, en las pequeñas cosas, en detalles, en rincones. En la que se aprecia una decadencia, y un contraste entre lo que tendría que ser en teoría una sala de jardín (un lugar luminoso, cálido, de inocencia, limpieza y transparencia) y lo que es esta sala de jardín en particular (un lugar roto, oscuro, con una luz blanca artificial, fría, de oficina; con un marcado deterioro y falta de cuidado, y con elementos que pueden llegar a parecer un tanto patétios...o hasta tétricos).
Estas son las imágenes que obtuve:
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