viernes, 23 de noviembre de 2007

Transposición final, autocrítica.

Tatiana...



y el backstage...



Quisiera empezar con la última frase del post de Fede: no nos faltó tiempo, sino ritmo. Bailamos muy mal.

Este es el producto que nos quedó, (bah, lo subiré próximamente, por el momento estoy teniendo dificultades técnicas) y creo que demuestra por sí solo el mal ritmo que tuvimos. Considero que en la etapa de investigación cada uno siguió su rumbo y todos la disfrutamos, ver películas, leer libros, encontrar cosas en común, sacarle la ficha a Buñuel a nuestra manera. Llegamos a compartir una especie de visión sobre este personaje tan particular, que no es poco. Pero en algún momento entre esta etapa y la realización nos deshilachamos un poco, perdimos el ritmo, nos descoordinamos. Y ahí se empezaron a materializar los problemas: actores que no eran actores (a los cuales y a pesar de todo agradecemos infinitamente), sonido que era ruido, una puesta de cámara poco discutida (que probablemente de haberle prestado más atención nos habría ahorrado muchos problemas de continuidad y habríamos tenido encuadres más logrados), y una muy importante falta de coordinación en la etapa de edición, que de haberla hecho más en conjunto seguramente habría arrojado un resultado más satisfactorio.

Sin embargo, lo que nos llevamos de Buñuel ya cada uno lo tiene absolutamente interiorizado, más allá de que el resultado de la transposición no haya sido el deseado. Y después de todo, de toda experiencia se aprende, y considero que de ésta aprendí muchísimo… (aún las cosas que no tengo que hacer, jeje...).

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Un sueño

Texto:
Estoy parada en el medio del comedor de mi casa. Está vacío, sin muebles. Camino hasta un extremo y lo miro. Me resulta más largo de lo usual, como una pista de carreras recta. Sintiéndome la atleta que va a correr por esa pista, me agacho en la posición de los corredores antes de la carrera. Me impulso con los pies y estiro los brazos hacia delante. Levanto vuelo, muy al ras del piso. Empiezo a tambalearme, por lo que pongo los brazos a los costados para no perder el equilibrio. Floto por unos segundos más, pero caigo al piso. Me regaño por tener tan poca resistencia, y vuelvo al punto de partida. Esta vez corro un poco y doy un salto como para zambullirme en una pileta, y vuelvo a flotar. Me voy para arriba, pero cada vez con menos impulso, hasta que vuelvo a caer, ahora en picada. Sin embargo justo antes de estrellarme recupero altura, y vuelo unos metros más hasta que, como si se me acabara el combustible, termino de panza en el suelo. Vuelvo a intentar volar, impulsándome de diferentes maneras (dando saltos, vueltas carnero, agitando los brazos, yendo a la carrera, y hasta tirándome hacia atrás de espaldas), pero cada vez con menos éxito. Cuando ya me estoy cansando, y sin entender por qué me cuesta tanto mantenerme flotando (si es algo que al fin y al cabo hago todos los días), diviso una mesita con unas pastillas masticables desparramadas encima, parecidas a los Mentos. Agarro una y me la como. Al instante siento que me hago más liviana, y sin darme cuenta mi cabeza se choca contra el techo. Sorprendida y feliz, empiezo a moverme como si estuviera buceando, y recorro a lo largo y ancho el comedor, a diferentes velocidades y de distintas maneras, hasta que, exhausta, dejo de flotar y quedo parada en el medio del comedor, en el mismo lugar en el que estaba al principio.

Texto corregido:
Estoy parada en el medio del comedor de mi casa. Está vacío, sin muebles. Camino hasta un extremo y lo miro. Es largo. Me agacho en la posición de los corredores antes de la carrera. Me impulso con los pies y estiro los brazos hacia delante. Levanto vuelo, muy al ras del piso. Empiezo a tambalearme, por lo que pongo los brazos a los costados para no perder el equilibrio. Floto por unos segundos más, pero caigo al piso. Vuelvo al punto de partida. Corro un poco, doy un salto hacia delante y vuelvo a flotar. Me voy para arriba, pero cada vez con menos impulso, hasta que caigo, ahora en picada. Justo antes de estrellarme recupero altura, y vuelo unos metros más, cada vez con menos impulso, hasta que termino de panza en el suelo. Vuelvo a intentar volar, impulsándome de diferentes maneras (dando saltos, vueltas carnero, agitando los brazos, yendo a la carrera, y hasta tirándome hacia atrás de espaldas), pero cada vez con menos éxito. Diviso una mesita con unas pastillas blancas redondas desparramadas encima. Agarro una y me la como. Al instante empiezo a elevarme y en pocos segundos mi cabeza se choca contra el techo. Empiezo a mover brazos y piernas como si nadara estilo pecho, y recorro a lo largo y ancho el comedor, a diferentes velocidades y de distintas maneras, hasta que dejo de flotar y quedo parada en el medio del comedor, en el mismo lugar en el que estaba al principio.

Guión:
INT. COMEDOR JULIETA – DÍA
JULIETA se para en el medio del comedor. Es un espacio rectangular con paredes blancas y piso de cerámicos brillantes. Camina hasta un extremo, gira sobre sí misma y mira hacia el frente. El comedor es más largo que cuando estaba parada en el centro. Se agacha con las manos apoyadas en el piso, una pierna flexionada y la otra estirada. Se impulsa estirando la pierna flexionada y estira los brazos hacia delante. Vuela al ras del piso. Se tambalea hacia los costados y estira los brazos a ambos lados de su cuerpo. Deja de tambalearse. Vuela escasos segundos más y cae al piso. Camina hasta el extremo del comedor. Corre 3 metros, salta hacia delante y flota. Se desplaza en línea recta hacia arriba, cada vez con mayor lentitud. Queda un segundo suspendida en el aire y cae en picada. A centímetros de tocar el suelo recupera altura, vuela unos metros más disminuyendo la velocidad y cae lentamente hasta terminar acostada boca abajo.

INT. COMEDOR JULIETA – DÍA
JULIETA camina hasta el extremo del comedor. Da un salto hacia delante, vuela pocos metros y cae al suelo.

INT. COMEDOR JULIETA – DÍA
JULIETA da dos vueltas carnero.

INT. COMEDOR JULIETA – DÍA
JULIETA se para en el extremo del comedor y agita los brazos hacia arriba y hacia abajo, cada vez con mayor intensidad.

INT. COMEDOR JULIETA – DÍA
JULIETA corre a lo largo del comedor.

INT. COMEDOR JULIETA – DÍA
JULIETA se para en el extremo del comedor. Gira sobre sí misma y se tira hacia atrás, de espaldas. Cae al piso. Tendida en el suelo, gira su cabeza hacia un costado y ve una mesa de vidrio circular pequeña, con unas pastillas blancas redondas desparramadas encima. Se incorpora, se aproxima a la mesita, agarra una pastilla y se la come. Mientras la mastica empieza a elevarse, despegando los pies del suelo, y en pocos segundos su cabeza se choca contra el techo. Se desplaza hacia delante, moviendo pies y brazos como si nadara estilo pecho. Aumenta la velocidad. Baja en picada y vuelve a elevarse. Se desplaza por los costados, al ras del piso y casi tocando el techo. Flota de espaldas y de frente.

INT. COMEDOR JULIETA – DÍA
JULIETA se para en el centro del comedor, en el mismo lugar que al principio.

TP: Transposición

Artista elegido: Luis Buñuel. Y así empezamos a verlo...